Por: Andrés Felipe Ardila Cortés
13 de Junio de 2019 - 10:58 am
Millones de celulares se venden al año en el mundo. En Colombia a la hora de cambiarse un teléfono, bien sea porque está obsoleto o porque definitivamente se dañó, la mayor parte de estos dispositivos se van a la basura, no solo contaminando el medio ambiente, sino también desaprovechando la reutilización de los materiales con los que están hechos. Ahora te darás cuenta sobre la doble moral del reciclaje y la importancia de que tengamos consciencia.
En promedio, una persona cambian de celular cada dos años, debido a que no es porque sea mero capricho, sino porque los teléfonos los diseñan para que no duren mucho tiempo. Hoy nos encontramos en la era del consumismo, en que para poder fabricar millones de celulares, requiere de materiales que, inclusive son difíciles de obtener, como por decir, el litio de nuestras baterías y el Oro de los circuitos. Pero a la hora de que termina la vida útil de estos dispositivos, como no se reciclan los materiales, miles de toneladas de estos elementos, son enterrados en vertederos de basura.
La otra cara de la moneda
Mientras botamos esos viejos teléfonos a la basura y se desaprovechan materiales que son reutilizables, se encuentra presente el lado oculto de la grandeza tecnológica, que es la industria de la minería. Ellos explotan los yacimientos contaminando y acabando con los ecosistemas. Nada más, para extraer oro, se emplea sustancias tóxicas como mercurio y cianuro, que termina en fuentes hídricas que son utilizadas posteriormente por agricultores y por ciudades.
Hay muchos minerales que hoy en día los están extrayendo a cielo abierto. Esto no solo se acaba con un bosque natural y el habitat de animales, sino que cuando se agota el mineral, deja daños ecológicos irreversibles.
Mientras estamos disfrutando nuestro smartphone y después desechándolo inadecuadamente ¿Cuánto impacto negativo no estamos haciéndole al planeta? Eso es lo que no cuentan las grandes empresas tecnológicas a las personas.
El consumo voraz
A las compañías electrónicas y de software, lo único que les interesa es el dinero y no el planeta. Android hace un sistema operativo que no se puede actualizar de versión en los teléfonos. Solo lanza mejoras y patch de seguridad, pero no dan la oportunidad a los usuarios de actualizar la versión, ni siquiera de comprarla. Es decir, si tienes un teléfono gama media versión 8.0, no puedes pasar a 9.0 así tu teléfono tenga las capacidades de hardware, quedando con el paso del tiempo obsoleto.
Obsolescencia programada
Cuando compras un teléfono, muchas veces no lo cambias por falla, sino porque después de unas tres o cuatro versiones posteriores del sistema operativo, los desarrolladores de aplicaciones no vuelven a sacar actualizaciones de una app, ni tampoco puedes instalarla en tu smartphone. A lo último, tu celular solo queda sirviendo para hacer y recibir llamadas.
Por tanto, obligan a las personas a comprar un dispositivo nuevo, lo que se traduce en más desperdicios a nivel global, más explotación desaforada de recursos para su fabricación y más destrucción ecológica. En síntesis, estamos en un consumismo salvaje.
¿Qué hay para las generaciones que vienen?
El mundo está consumiendo recursos de una manera voraz de materiales que son limitados. En estos momentos, todavía hay minas de coltán, de cobre y de muchos elementos. Pero de la forma como se extraen, se consume y se le da una disposición final, no solo se está derrochando, sino que se está acabando con la vida silvestre y perjudicando especialmente a las personas menos favorecidas, como los campesinos, la gente pobre que no tiene servicio de acueducto y tiene que tomar agua directamente de un río contaminado ¿Qué quedarán para las nuevas generaciones? ¿Un planeta contaminado y desolado? ¿Qué le quedará a tu descendencia?
Cultura del reciclaje
En los paises europeos como Alemania, poseen un buen sistema de reciclaje, en donde existen industrias que aprovecha la mayor parte de los materiales, mientras que en Colombia y Latinoamérica, las operadoras de telefonía tímidamente incentivan al público para que depositen los viejos teléfonos en los recipientes que tienen dispuestos. La mayoría de las personas ni siquiera saben dónde pueden depositar aquellos celulares dañados u obsoletos en sitios que dispongan correctamente de estos desechos electrónicos.
Mientras en Europa existe la cultura de reciclar los dispositivos móviles, en América Latina no.
La doble moral del reciclaje
Los medios de comunicación hablan de reciclar. Se habla en la televisión, en internet, se reparten hasta lindas y coloridas cartillas que le dicen a los niños y a la gente de separar materiales orgánicos, los reutilizables y blah, blah, blah... Muy bonito hasta ahí. Pero en realidad, se maneja una doble moral. Las autoridades locales, mandan un vehículo de la basura en donde todas las bolsas clasificadas por material van a dar al mismo camión y al mismo vertedero ¿Qué sentido hacer tanto ruido si en la mayoría de ciudades, las empresas de aseo no tienen camiones de reciclaje?
Las autoridades locales no tienen mecanismos eficientes de reciclaje de productos electrónicos. Lo único que hacen realmente, es enterrar la basura del vertedero ocultándola, pero allí está, contaminado aguas subterráneas, desaprovechándose material precioso de los teléfonos móviles que podría volver reutilizarse nuevamente.
Es hora de que tengamos seriamente consciencia por nuestro planeta.
Tienes una relación genial con tu pareja y la amas con toda tu alma. Pero resulta que por vueltas del destino, alguno de los dos, le toca irse lejos. ¿Será que vale la pena esperar o cada uno seguir su camino? Aquí encontrarás la respuesta.