Fundada en 1889 por un grupo de colonizadores que llegaron de Antioquia a buscar progreso para las familias, cultivando allí tabaco y más tarde café, Armenia fue un lugar que pasó de ser una pequeña población de Salento, a ser al poco tiempo, una ciudad próspera que creció en extensión y población. A eso se debe su nombre de Ciudad Milagro, que es como se refieren muchos de sus pobladores. También se conoce como El Edén por su clima y su ambiente.

Hoy en día, es una ciudad en la que todavía tiene ese toque de pueblo. No tiene grandes autopistas, ni grandes puentes que se entretejen al estilo Bogotá, pero a pesar del tránsito concurrido por sus calles, se puede dar el lujo de llegar a cualquier parte en poco tiempo en donde siempre se ve imponente en el fondo la cordillera central, la más alta de Colombia.

Ya que soy de aquella ciudad, ahora comienzo a hacer un recorrido en donde hago un redescubrimiento del entorno que me ha sido familiar toda la vida. ¿Cuántos no conocen verdaderamente su ciudad a pesar de vivir toda su vida? ¿Detalles o lugares que a diario pasa por desapercibidos? Y también doy referencias a quienes aún todavía no la conocen, y no es porque sea de allí, pero Armenia es una ciudad en la que sin duda te vas a amañar.

Lugares que cuentan historias

El recorrido lo empecé en el Parque Fundadores en donde hay un particular tronco hueco en medio del parque. Ese tronco fue escenario de una leyenda de amor de una pareja de jóvenes que vivían un romance imposible, porque mientras la chica era la hija de un terrateniente; el muchacho era un peón de la hacienda. Entonces, como pertenecían a clases sociales diferentes, se amaban a escondidas y sus encuentros eran en ese tronco. Un día, los encontraron muertos en aquel tronco abrazados y desnudos, pero estaban muertos al estilo tragicomedia de Shakespeare. ¿Será que se envenenaron como Romeo y Julieta para que no fueran separados? La muerte de esos enamorados hasta ahora es un misterio. Aquel tronco en la realidad perteneció a la Hacienda Maravelez en un municipio cercano, y a los años fue recubierto con cemento y puesto como monumento del parque.

No muy lejos de allí se encuentra el Centro Comercial Unicentro en donde hay un mirador en el mall de comidas y se puede observar una vista panorámica en que se ve la civilización y no muy lejos un hermoso tapiz verde de naturaleza que se extiende hacia el horizonte. Después de que divertí la vista un rato, ahora estoy de nuevo por la calle rumbo al centro. Caminé unas cuantas cuadras y estoy en el parque Sucre, allí se ve desde novios, niños jugando, hasta personas conversando. Hay un inmenso árbol en medio del parque y alrededor cafés y sitios para comer. El olor a empanadas se mezcla con el olor a café que proviene de un negocio que me llamó la atención, un lugar perfecto para tomar un café tipo capuchino e iniciar una conversación.

Armenia es una ciudad que se respira un ambiente particular, en donde no se siente ni calor ni frío y que a pesar de que hace 20 años vivió un terremoto que la dejó devastada, supo sobreponerse y resurgir de las cenizas como la mítica Ave Fénix.

Es una ciudad en donde no se ven fabricas que tienen chimeneas humeantes, sino más bien, que allí puedes explorar su particularidad que la diferencia de las otras ciudades de la región paisa, en donde convive lo tradicional con lo moderno y notarás una calidez humana en sus pobladores. Lo bueno de allí es que, o puedes armar un plan yéndote a escuchar música en vivo mientras tomas una cerveza, de rumba hasta la madrugada, o que tiene la ventaja de estar cerca de sitios para experimentar con la naturaleza como, hacer rutas de ciclomontañismo, lanzarte en un parapente o acampar. Es un lugar que vale la pena conocer.